La belleza, si no de manera total, si que puede en parte
ayudar a sobrellevar el peso de nuestra propia existencia. Y si bien ‘’Murmur’’
no puede ayudarnos a sobrellevar el peso del mundo (como canta Stipe en ‘’Talk
about the passion’’), su escucha bien hace que valga la pena el estar ahí para
presenciar lo esplendido (y bello) de su contenido. Así, las canciones de ‘’Murmur’’
hacen gala de una belleza delicada, a veces etérea (‘’Perfect circle´´ como
gran ejemplo), delicadeza que tiene la gran virtud de no perderse en los temas
más acelerados: increíble la combinación, el juego entre el potente bajo de
corte joydivisiano de Mike Mills, los
gloriosos puentes de ‘’Sitting Still’’ y ‘’Catapult’’, todos ellos adornados y
embellecidos por las cristalinas guitarras de Peter Buck (brillantes en su
capacidad de ser Byrds sin serlo) y la
oscura pero precisa voz de Michael Stipe. En resumen, aquí la sensibilidad pop
y el nervio rockero (o punk rockero) alcanzan un equilibrio exquisito y
disfrutable, perfecto, pero también decisorio (veáse el famoso Nuevo Rock
Americano posterior), factores suficientes para tenerlo como uno de los mejores
discos de su época. Algunos dirán de la historia, pero eso da para otro debate ajeno al
nuestro.
Excelente como unidad, en el que ni siquiera un corte como ‘’9-9’’ (¿Sonic Youth meets Joy Division?) desentona (aunque a ‘’We Walk’’ bien puede aplicarse lo contrario, más por razones de calidad que de estética), ‘’Murmur’’ es una pequeña obra maestra del rock (alternativo o lo que sea). Y es que la belleza no conoce límites: bien lo sabían estos muchachos de Athens a la hora de combinar la oscuridad del post-punk con la calidez del mejor pop, demostrando así que ambas (oscuridad y luz), cuando de belleza se trata, no tienen por qué necesariamente no ser lo mismo. Big Black Car
jueves, 14 de agosto de 2014
viernes, 27 de diciembre de 2013
Los Angeles (1980) - X
El rock and roll es, para un servidor, una de las cosas más curiosas y revitalizantes que hay, a la vez que una de las más humanas. Evitaré caer en discursos largos y aburridos para ir directamente al grano: este humilde espacio no será sino un lugar (el enésimo) donde se le hará justicia a aquella maravillosa música que ya lleva más de medio siglo entre nosotros, pobres humanos a los que no nos queda otra que hacerla parte de nuestra vida para, así, tratar de sobrevivir un poco más cada día.
La pasión, la calidad, el reconocimiento… tres cosas que no
siempre van juntas (sobre todo la última con las dos primeras). No es por
quitarle mérito a los espléndidos discos que Sex Pistols, The Clash, Undertones
y demás publicaron años antes que el disco de hoy, no: lo que pasa es que el no
ver a ‘’Los Angeles’’ entre aquellos me incomoda bastante. Y es que estamos
hablando de un maravilloso disco debut donde el dominio instrumental y el
talento para aunar punk con teclados no restan alma y pasión al discurso que
estos chicos de, precisamente, Los Angeles nos quieren vender y que yo compro
sin dudar: el discurso del rock and roll puro y duro, sí, pero también de aquel que se
atreve a ver un poco más allá sin tropezar en el intento. Intento exitoso al cual, digo yo, siempre se le debe hacer justicia escuchándolo para evitar así hacerle caer en un injusto olvido.
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